Música y el cerebro
El órgano más importante del cuerpo, el cerebro, pesa menos del 2% del peso corporal, pero recibe el 25% de la sangre que bombea el corazón. Nuestro centro de comandos vital encargado de todo el procesamiento de la información que recibimos a través de nuestros sentidos. Y por su complejidad aún tan desconocido como las profundidades del universo.
A grosso modo, podemos dividir el cerebro en dos grandes hemisferios, conectados entre si por el cuerpo calloso. Siempre se ha hablado que cada hemisferio se encarga de tareas específicas, hemisferio izquierdo lenguaje y procesamiento lógico; hemisferio derecho imaginación y creatividad. Aunque los hemisferios si tienen tareas dominantes, los últimos estudios han mostrado que muchas de las tareas del cerebro no están tan localizadas como se creía.
Si hablamos de un tema como la música en el cerebro es imposible localizarla en un punto especifico del mismo. Tan solo el hecho de escuchar música activa tantas partes diferentes de nuestro cerebro, desde las partes más nuevas como la corteza frontal hasta las profundidades del cerebro reptiliano, la parte más antigua de nuestro cerebro. Así que cuando decimos que la música nos toca hasta lo más profundo, realmente lo hace en nuestro cerebro.
¿Y qué tan potente es la reacción del cerebro a la música? Hagan un simple ejercicio, busquen escenas de sus películas favoritas, acción, románticas, heroicas o de terror y silencie la escena, les aseguro que el resultado será que la escena pierde gran parte o toda la emoción que les producía, porque mucho de esos sentimientos son generados por los sonidos y la música que acompaña a las imágenes.
Esto pasa por que la música también activa la amígdala cerebral, encargada de regular emociones o diferentes estados en el cuerpo. Además de otras partes del cerebro que están relacionadas con los recuerdos, entonces al escuchar cierta música nos produce diversos sentimientos y trae recuerdos guardados en la memoria.
Y si nos referimos a practicar alguna actividad musical más allá de solo escuchar, estaremos encendiendo nuestro cerebro como si fuera la ciudad más iluminada del planeta. Imaginen lo que necesita el cerebro para procesar la información que recibe de los sentidos, auditivo, visual e inclusive el tacto si están usando algún instrumento. La coordinación de todos los músculos para responder o realizar las acciones, ya sea cantar o ejecutar cualquier instrumento. Además, la reacción del cerebro con las sustancias liberadas por las emociones producidas al crear música. En resumen, un verdadero festín para el cerebro.
Lo anterior convierte la practica musical en uno de los mejores ejercicios que se pueden realizar para fortalecer y mantener en buen estado este órgano vital. Los estudios indican que hacer música ejercita de manera intensa el cuerpo calloso, por la cantidad de información que se debe procesar. Imaginen ese ejercicio en los cerebros de los niños y las niñas en desarrollo, independientemente de la actividad a la que se dediquen cuando sean adultos les estamos ayudando a desarrollar una super autopista de información que conecta las partes de sus cerebros.
"Somos lo que somos con la música y por la música", dice el neurólogo Facundo Manes, experto en el campo de la música y el cerebro. Indicando, además, que la música nos ha acompañado desde el principio de nuestra civilización, el baile y los movimientos con la música han ayudado a generar unión en los grupos de personas desde las culturas antiguas. Además, los bebes tienen la capacidad de responder a la música inclusive antes de poder responder a estímulos verbales de los padres, esto termina de probar lo arraigada que tenemos la música en nuestro cerebro.
La ciencia lo prueba y nosotros lo experimentamos cada día, la música está arraigada dentro de nuestros cuerpos y ayuda en el desarrollo de un ser humano integral. Entre más temprano tengamos un acercamiento sano a la música, mejor.
Como un pensamiento final, fuera de lo científico y más hacia lo vivencial, estoy convencido que una experiencia artística como la música nos ayuda a conectarnos con nuestros sentimientos y expresarlos de diferentes formas. A mi parecer esto crea personas sensibles y apasionadas con la vida, con disfrutar cada momento y buscar la belleza en todos los detalles de cada día y encontrar la felicidad de estar aquí.
Juan Carlos Porras Castro